¿Cómo se gestan estos miedos que con el tiempo se convierten en complejos?
Desde el momento en que somos concebidos, podemos ser aceptados o rechazados por nuestros progenitores que de manera inconsciente generan hacia nosotros afectos, indiferencia o incluso rechazo, el feto siente a nivel emocional si va a ser o no bienvenido a este mundo.
Al nacer puede ser que nos alimenten y nos cuiden físicamente, pero falta el alimento más importante de todos, el afectivo.
El niño crece con carencias, buscando la aprobación o aceptación de los padres, estos padres son muy críticos con el niño, el niño percibe que no hace nada bien, se siente mal, se ve feo o con defectos siendo en muchas ocasiones los padres quienes refuerzan los complejos físicos o psíquicos que el niño cree que tiene.
Cuando el niño empieza a relacionarse con los demás niños de su edad, se compara con ellos ya que en su interior su subconsciente le repite “que no vale nada”, “que es menos que los otros”, “que tiene que hacer cosas para que lo quieran”, el niño crece con estos complejos y va generando lo que denominamos “un complejo de inferioridad”.
Cuando llega a la pubertad y más tarde a la adolescencia dichos complejos se agudizan, ya que el cuerpo cambia, les sale acné, muchos llevan corrector dental, estos cambios son vividos con mucha ansiedad por el adolescente ya que también empiezan a relacionarse con chicos del sexo contrario.
En algunas ocasiones cuando las personas se hacen adultas superan dichos complejos, pero en otras ocasiones dichos complejos los acompañan hasta producirles con el tiempo mucho sufrimiento y en algunos casos problemas emocionales y mentales, tales como ansiedad, depresiones, trastornos de la personalidad etc.
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Pero ¿Podemos superar dichos complejos?
En esta parte ya entramos nosotros, los psicólogos, ayudar para superar esos complejos es nuestro trabajo. Lo cierto es que es un trabajo arduo pero compensatorio.
Lo primero que hacemos es hacer una evaluación y análisis de la persona, después procedemos al tratamiento el cual consiste en ir desprogramando los patrones inconscientes que las personas han hecho de su imagen tanto física como de su interior, para ello utilizamos técnicas tales como la hipnosis clínica, la pnl, la descodificación biológica entre otras.
Con todo ello conseguimos que las personas logren ser ellas mismas, se sientan bien y suelten esos complejos que las amargan la vida de manera definitiva y para siempre.