Agresividad infantil: tratamientos y terapias
Agresividad infantil que deriva en maltrato
Sin todavía ser mayores de edad, son los verdaderos jefes de la familia. Sin ser delincuentes comunes, roban, pegan, amenazan y agreden psicológicamente.
Son los protagonistas del conocido como “síndrome del emperador“, un fenómeno de maltrato de hijos a padres que se ha enquistado con fuerza en la sociedad.
Esta agresividad infantil no es nueva, pero en los últimos años, y cada vez más, su incidencia se ha disparado. Desde el año 2000, los casos de agresividad en niños de 6 a 12 años se vienen multiplicado, con cerca de 6 mil denuncias de media anual ante la Fiscalía General del Estado.
Podría ocurrir que esto solo reflejara la punta del iceberg por la resistencia de los padres a denunciar a sus propios hijos. Fue bastante difundido en los medios un caso que salió a la luz pública donde una madre asturiana rogó a los servicios sociales que se ocuparan de su hija, cuya violencia mediante golpes, robos y amenazas ya no era capaz de resistir.
La Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor indica que la tendencia de los padres es a encubrir el problema por ser sus hijos.
Este problema lleva estudiándose en otros países durante años, los estudios revelan que estos problemas van a más. Un estudio realizado en Estados Unidos advierte que la violencia de adolescentes hacia sus padres y madres tiene una representación del 7-18%, mientras que en familias canadienses indican un 10%.
Razones
¿Cómo llega un niño a ser agresivo psicológicamente o pegar a sus padres?
Los expertos señalan causas genéticas, familiares y ambientales que fomentan el desarrollo de este síndrome.
Cada autor tiene sus propias teorías de por qué se llega a estas situaciones, unos la atañen la escasez de tiempo, la permisividad, la ausencia de autoridad y, sobre todo, la falta de elementos afectivos, como la calidez en la relación con los hijos, otros al resultado de un proceso de deterioro personal por falta de educación, generalmente al final de la adolescencia.
Muchos son los que le atañen causas tanto biológicas (dificultad para desarrollar emociones morales y conciencia) como sociológicas, ya que, en la actualidad, se desprestigia el sentimiento de culpa y se alienta la gratificación inmediata y el hedonismo.
La mayoría de los casos se da en madres, que principalmente recibe agresiones físicas, aunque también son habituales las verbales.
El “síndrome del emperador”.
Desde Instituto Somos Valencia aconsejamos que para detectar un ‘emperador’ en casa simplemente hay que valorar estos puntos:
- El niño o niña no desarrolla emociones morales (empatía, amor, compasión, etcétera) auténticas. Esto se aflora en dificultades para mostrar culpa y arrepentimiento por las malas acciones.
- El niño o niña es incapaz de aprender de los errores y castigos. El egocentrismo del niño por su propio beneficio anula los regaños y conversaciones de los padres.
- El niño o niña presenta de forma habitual situaciones de desafío, mentiras e incluso actos crueles hacia hermanos y amistades.
Cómo enfrentarse al síndrome
- Favorecer oportunidades para llevar a cabo acciones altruistas que permitan extraer lecciones morales y los hijos tomen conciencia.
- Establecer límites, de forma firme, que no den cabida al engaño ni la violencia.
- Favorecer el desarrollo de habilidades que satisfagan su gran ego de forma no violenta.
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