Trastornos de personalidad, tratamientos
En Instituto Somos, contamos con psicólogos para adultos especializados en tratamientos para la ansiedad, insomnio o transtornos de personalidad que te ayudarán a afrontar tus problemas buscando la mejor solución posible.
Diferencias entre problemas psicológicos y problemas de personalidad
Un problema psicológico simple, como puede ser un proceso ansioso o depresivo, obedece a un conflicto concreto de una persona madura y equilibrada, que presenta una dificultad referida a otra persona o circunstancia determinada, una experiencia particularmente dolorosa, ciertos momentos difíciles de la vida, etc.
Pero, una vez resuelta la crisis, la persona recupera su carácter maduro y satisfecho. Los problemas de personalidad, en cambio, afectan a todo el carácter del individuo, a su forma de ser y actuar, con lo que hay pocas facetas maduras en su personalidad.
El DSM-IV, actual vademécum de los problemas mentales, considera:
10 trastornos básicos de personalidad:
- paranoide
- esquizoide
- esquizotípico
- antisocial
- límite (TLP)
- histriónico
- narcisista
- evitativo
- dependiente
- obsesivo-compulsivo
Todos ellos, independientemente de sus síntomas y conductas externas, coinciden en una insatisfacción e inadaptación más o menos extremas a la vida, lo que les lleva a la soledad íntima, la inmadurez, el desamor y el miedo.
Las personas que en su desarrollo infantil, no han podido crecer y sentirse adecuadamente seguras del mundo y de sí mismas, son los potenciales pacientes de estos trastornos que llegan a no ser felices y no pueden hacer felices a los demás.
Síntomas de los trastornos psicológicos o trastornos de personalidad
Los síntomas de los trastornos psicológicos simples y los de los problemas de personalidad son iguales.
La diferencia es la cantidad y perpetuidad. Por ejemplo, una persona fundamentalmente madura puede sufrir de repente un trastorno obsesivo, sin afectar a otras áreas de su vida.
Pero si la vida entera de esa persona resulta afectada por síntomas obsesivos -en cualquier momento y circunstancia-, entonces hablamos de trastornos de personalidad en concreto “trastorno obsesivo de personalidad”.
La cantidad de síntomas neuróticos será proporcional a la intensidad de las heridas psicológicas sufridas por la persona desde su infancia.
Educar no es llevar el niño al colegio y regalar juguetes. Educar es crear los cimientos de la futura autoestima, autonomía y felicidad del niño a través de es cariño, aceptación y cuidados psicofísicos.
Los problemas de personalidad se van desarrollando durante un largo periodo, y pese a que realices tratamientos de trastornos de personalidad, tardarás mucho tiempo en superarlo ya que lo que subyace siempre es desamor, miedo, culpa y/o rabia, emociones profundamente arraigadas a la persona.
Además se presenta dificultad de la desconfianza del sujeto frente al terapeuta y, por supuesto, su miedo a dejar de ser él mismo.
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