Terapia para superar el duelo
Nos preparan para la vida, pero quien está preparado para decir adiós para siempre a los seres que ama, con los que ha compartido tantas cosas, con los que ha llorado, reído, soñado, tocado y amado y ahora, solo quedan recuerdos, tan solo recuerdos.
Aprende a superar una pérdida
La soledad se ciñe a nuestros días tristes y no hay nada, ni nadie que nos de el consuelo que tanto necesitamos.
El dolor es tan fuerte que nuestro corazón llega a pararse, el alma sufre lo indecible, no existen palabras que puedan describir tanto sufrimiento, solo deseas morirte ya que él o ella se han ido para siempre y esa palabra es tan amarga que cada vez que es pronunciada amarga más mi boca seca y mis labios agrietados.
Los amigos, la familia tratan de animarte, pero cualquier palabra o frase hecha puede ser como un dardo envenenado en ese momento.
¿Cómo ayudar a una persona a superar un duelo?
No digas, ni hagas nada, solo acompaña a esa persona.
Deja que hable del ser que ha perdido, el desahogo emocional es muy importante, es lo único que le queda y tiene miedo de olvidarse si no se acuerda todos los días de esa persona y es justo eso lo que le mantiene vivo al doliente “recordar día a día a esa persona”.
Dejarle su tiempo para que viva su duelo, por muy doloroso que sea tiene que sufrirlo, no evitar el sufrimiento.
Síntomas del duelo no resuelto
Puede suceder que en parejas que han estado juntos toda la vida, el superviviente permanece en un estilo de vida en el que se aferre al duelo, esto suele ocurrir en personas muy dependientes, en las que uno ha anulado o absorbido la personalidad del otro.
Por otro lado también puede ocurrir que el doliente utilice a los otros para controlar sus vidas, en estos casos es tan difícil salir de esta situación tanto para los que se encuentran en ella como para los que les ofrecen ayuda.
Las reacciones más comunes del duelo no resuelto son las siguientes:
- Sentimientos de culpa y autorreproche.
- Síntomas somáticos que representan la identificación con la persona fallecida.
- Aislamiento social.
- Sentimientos de hostilidad y agresividad contra personas específicas.
- Comportamiento de búsqueda persistente.
- Comportamiento destructivo o inapropiado para la propia existencia social y económica (hacer donaciones).
- Depresión: tensión excesiva, insomnio, autoreproches, acusaciones.
- Sensación de que la muerte ha ocurrido ayer.
- Incapacidad para hablar del difunto sin llorar o temblarle la voz.
- Indisposición de mover las posesiones de la persona fallecida.
¿Cuándo hay que acudir a un profesional?
Si después de un año los síntomas del duelo no remiten, si él o ella no toman la decisión de buscar una terapia psicológica para superar el duelo o un grupo de ayuda, los familiares o personas que estén con el doliente tenéis que insistir incluso acompañarlo para que pueda salir de su oscuridad antes de que tome la decisión de ir abandonando este mundo.
En el Instituto Somos, os acompañamos en esos momentos tan duros, programamos grupos de apoyo para que podáis formar parte de ellos, os atendemos por teléfono cuando estéis solos/as en estos momentos tan duros. ¡No dudes en consultarnos!
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