Dependencia  humana  saludable: La dependencia emocional es un sentimiento inconsciente, que la naturaleza humana se ocupa de reforzar. Una hormona llamada oxitócina que funciona estimulando la necesidad del otro, en definitiva, todos somos dependientes. De tal forma que cuando se pierden todos los contactos humanos y solo nos queda nuestra pareja, podemos aferrarnos a ella aunque está relación nos esté causando sufrimiento, es el denominado “Síndrome de Estocolmo”, querer a quien nos causa sufrimiento.

Aunque la dependencia emocional es menos extrema, la característica fundamental de este tipo de amor dañino, es el miedo a la ruptura.

Los dependientes tienen un apego excesivo y ansioso, son posesivos, controladores, suelen elegir parejas dominantes o narcisistas con quienes establecen relaciones de dominancia o sumisión.

Estas personas se desvalorizan como personas, cuentan con el otro para todo y no desarrollan su autosuficiencia.

EJEMPLOS DE DEPENDIENTES:

Víctor y Laura vienen a consulta porque el presenta un cuadro depresivo severo, ella es hija adoptiva y se conocen desde muy jóvenes, él una persona que se hizo a sí mismo, un hombre emprendedor que en su día tubo su propia empresa de seguros, actualmente en quiebra.

El manifiesta estar enganchado a las prostitutas desde muy joven , situación sabida y consentida por su pareja dependiente posiblemente ella, había experimentado carencias afectivas en su infancia , en el caso de Laura , su miedo inconsciente al abandono le hacía perdonar lo que ella denominaba “la adición de su marido “, como si no fuese la misma persona con la que convivía.

Antonio y Beatriz otra de las parejas que vienen a consulta a causa de varias infidelidades de ella hacia él. La ultima pillada  infraganti  por él.

Es una relación obsesiva y perversa, situación de sumisión por parte de él, de celos posesivos de parte de ella, está mezcla de sentimientos, mentiras y realidades paralelas hacen que se vuelva a reavivar la pasión, pero por contrapunto el sufrimiento extremo al que ambos se someten les hace estar enganchados emocionalmente en una relación destructiva y dolorosa de la no logran salir, están enganchados a la creencia “Si sufro es porque lo quiero”.

El problema es que este tipo de relaciones de dependencia emocional acaban pasando factura, el coste emocional y el desgaste psicológico son muy elevados para las compensaciones que aportan.

Salir de la dependencia afectiva no es un camino fácil, pero cuanto más se tarde en salir de este tipo de relaciones nocivas que socavan la independencia y acaban con la integridad de las personas, más difícil será combatirla.

Lo primero es reconocer este tipo de relación, si se tiene y luego ir cortando esas amarras, fomentando la independencia sin prescindir del compromiso mutuo.

Ambos se tienen que esforzar en esta nueva versión de la pareja, se puede salvar el amor pero sin poner en riesgo nuestra propia integridad como persona. No se puede vivir aferrado a nuestro mayor enemigo “el miedo”.

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